Perras y pulgadas

Hoy he leído (vía BoingBoing) que un estudio de la Universidad de Duke sobre el negocio de las citas online ha determinado, tras analizar a más de 22.000 sujetos experimentales, que las mujeres dan mayor prioridad a la altura y los ingresos frente a otras características valiosas del hombre. Por ejemplo, un varón de 1,75 m necesita ganar anualmente 30.000$ más que uno de 1,77 m para tener las mismas posibilidades de éxito en este tipo de sistemas.

En el estudio ha colaborado Dan Ariely, un economista experto en el análisis del comportamiento humano. Entre sus trabajos figura uno, que le valió el Premio IgNobel, en el que demostraba que los placebos caros son más efectivos que los baratos.

Sobre los estudios quería hablar hoy, comenzando con un ejemplo tomado del mundo de la publicidad: "estudios demuestran que mujeres que toman en el desayuno ******* * pesan menos que las que no lo toman". ¿Cómo puede un enunciado ser cierto y emplearse para engañar a la gente? En este caso, aprovechándose de que dos sucesos, como son el de tomar ciertos cereales y el de adelgazar, se correlacionan (es decir, evolucionan a la vez) sin existir necesariamente relación causa-efecto. Se podría decir algo del tipo "los hombres rubios pesan menos que los que no lo son", y nadie imagina a un señor con sobrepeso corriendo a la barbería para teñirse como Sting en sus años mozos.

Un libro que recomiendo a todo el mundo es "Freakonomics", del economista Steven Levitt y el periodista Stephen J. Dubner. En él podemos ver cómo Levitt va más allá de la interpretación numérica de los resultados en estudios, observando la parcela de realidad analizada y sacando conclusiones muy chocantes, como que el nombre que te ponen tus padres al nacer no condiciona tu marcha en la vida, o que la notable bajada en el índice de criminalidad en EE.UU. durante la década de los 90 se debió principalmente a la implantación de la Ley del Aborto durante los 70.

Un saludo promedio.

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